miércoles, 31 de octubre de 2012


Y VOLVIÓ A SOÑAR...

Manuel Delgado Milán - 31.10.2012


Un buen día ciudadano X se despierta y ya no está, perdió durante el sueño lo que no sabía que era sueño, lo que era irreal, un decorado de cartón piedra. Había perdido lo que ahora descubría que nunca tuvo: un país, la democracia, la soberanía. Esos conceptos que ahora sabe que van unidos a cosas concretas: un empleo y un sueldo, una casa y el calor de un hogar, y a lo que creyó nunca podía perder, que nadie le podía quitar porque por ese se llamaban derechos. Siente ahora que, sin ellos, él mismo no existe. Que sólo la amenaza de ayer es el presente de hoy y el futuro de mañana.


El miedo empieza a ser su segunda piel, una suciedad que poco a poco se va metiendo dentro, que se le vuelve costra. Ya pasó el tiempo en que las mentiras le consolaban. Pero aún no es el tiempo en que asuma su verdad sin anestesia. La realidad siempre es más difícil de creer, pero ya se tragó todas las mentiras propias y ajenas, ya nadie le concede el favor de la mentira piadosa, porque creen que no la necesitan, ya no se toman el tiempo de inventarla.

Esta mañana puso la radio y el Presidente de Galicia fue interrogado por las declaraciones de la Ministra Piadosa de Trabajo, que ha dicho que ya estamos saliendo de la crisis, que le dijo que no era verdad. Recordó que el Presidente del BCE había declarado ayer que los gobiernos de países endeudados deberían reconocer que ya esos países ya no eran soberanos para justificar que se puedan cambiar por el poder real de Europa los presupuestos que aprueben los parlamentos.

Ante la dura realidad no pudo resistir y se dijo a si mismo:

"Todo eso es mentira. Hay un hecho que nunca reconoceré, al que no puedo rendirme sin convertirme en una sombra de mi mismo: que no hay esperanza de que algún día acordemos vivir según nuestra condición de seres dotados de razón. No puedo aceptar que la locura será eterna, que siempre seremos nuestro peor enemigo, el que finalmente, nos destruirá. No me rindo a que es imposible que el hombre (y la mujer) le declare la paz al ser humano, a su propia esencia.

Necesito creer que venceremos a nuestros demonios, a todo lo que nos impide encontrarnos con nosotros mismos, con los demás, y con todo lo que vive. Que no existe una amenaza mayor que sentirse amenazado por todo lo que nos rodea".

Ciudadano X se sintió mejor y pudo llegar a la noche.

Y volver a soñar.

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